El grande blog 9110

De las diferentes especies que hay de agapornis, puede que el agapornis roseicollis, asimismo conocido como el agaporlis de Namibia, sea el más frecuente y de los más queridos por los amantes de esta especie.

¿Cuál es el origen de esta especie?

Ciertos asimismo llaman a esta especie como el pájaro del amor, en tanto que cuando traba un pequeño nudo con el ser humano se vuelve inseparables. Su hábitat natural se halla en el Sur de África, en la zona más cercana al desierto de Namibia, aunque no se sabe muy bien cuando fue roseicollis arlequin su origen.

Se trata de un ave que está habituada a vivir en un ambiente muy cálido, por lo que a la hora de tenerlo en otros países de ambientes más fríos requieren de una aclimatación singular para sobrevivir.

¿Cómo es el agaporlis roseicollis?

Es un ave cuyo tamaño acostumbra a rondar los 15 cm y su peso no suele ser mayor de cincuenta gramos, por lo que no es muy pesada y apenas se le nota cuando se le lleva en el dedo paseándola por la casa.

El tono del pelaje del cuerpo en general es de un tono verdoso, al tiempo que la cabeza es de un color rosa asalmonado, habiendo de otros colores. En el caso de la hembra, tiene la cabeza un tanto más grandes y la tonalidad de su plumaje es de un color más pálido, aunque cuesta bastante diferenciarlos algunas veces. Sus patas acostumbran a estar libres de plumas y su pico no suele ser realmente voluminoso pero si resultón, con el resto del cuerpo.

Es un ave con unas alas muy fuertes, y les gusta mucho estirarlas tanto dentro de la jaula como fuera de esta. Por eso, cuando está un tanto habituado al ambiente que lo rodea, es bueno dejarlo salir a que estire un tanto las alas para robustecerlas.

De carácter se trata de un ave bastante alegre y que le gusta mucho estar en contacto con sus amos. No acostumbra a tener inconvenientes a la hora de estar con otras aves ni de compartir su jaula, y es de las que más se dejan tocar de esta especie.

¿Qué hay que saber para cuidar de un agapornis roseicollis

La primera cosa que hay que tener en cuenta, en el momento de tenerlo en casa, es que se trata de un ave que está habituado a entornos muy calurosos. Aunque los especialistas aseguran que pueden vivir en cualquier tipo de ambiente, necesita tener su jaula aclimatada para que la temperatura se sostenga en unos veinte – veinticinco grados por lo menos. De ahí que, debe contar con de algún refugio en su jaula, como una caseta o un nido, que a lo largo de los meses de frío le sirva como cobijo, singularmente si la temperatura acostumbra a bajar de los cinco grados.

Es bueno que su jaula esté ubicada en una zona calurosa de la casa, en la que le dé el sol, en especial durante los meses de verano. Eso si, estar en una zona calurosa del hogar no significa tenerlo todo el día frente al sol. Debe estar dos horas al sol directo y el resto del tiempo en una zona cálida, mas en la que no le dé de forma directa.

La nutrición de estas aves se basa, principalmente, en semillas y pipas. Pero, además de esto, estas aves precisan una alimentación rica en calcio, con lo que hay que darles piezas de fruta o cereales que sean fuertes en este mineral para que crezcan sanos. Siendo un animal que le gusta mucho la compañía, si el dueño pasa mucho tiempo fuera de casa, es recomendable que se le ponga en la jaula un compañero o compañera a fin de que no se sienta solo cuando no haya absolutamente nadie en casa.

En lo referente a sacarlo fuera de la jaula, no hay problema en que se le deje salir a explorar un tanto. Eso sí, lo mejor es que al comienzo se gane uno su confianza y después se le deje salir a explorar la habitación en la que está la jaula, y más adelante el resto de la casa. Volverá a la jaula cuando tenga hambre, de modo que jamás hay que procurar agarrarlo.

This website was created for free with Own-Free-Website.com. Would you also like to have your own website?
Sign up for free